La preservación de la fertilidad es un procedimiento cada vez más común en la medicina reproductiva, que permite a hombres y mujeres conservar sus gametos (óvulos y espermatozoides) para poder concebir en el futuro.
Este proceso es especialmente importante para aquellas personas que por diversas razones, como enfermedades o tratamientos médicos, corren el riesgo de perder su capacidad reproductiva. Por ejemplo, pacientes que van a ser sometidos a quimioterapia o radioterapia, que pueden afectar la calidad de los óvulos y espermatozoides, pueden optar por preservar su fertilidad antes de someterse a estos tratamientos.
En el caso de las mujeres, la preservación de la fertilidad se realiza a través de la vitrificación de óvulos, un procedimiento en el que los óvulos se congela a muy baja temperatura para conservar su viabilidad. Esto les permite mantener la posibilidad de tener hijos en el futuro, incluso después de haber superado enfermedades que hayan afectado su fertilidad.
En cuanto a los hombres, la preservación de la fertilidad se realiza a través de la crioconservación de espermatozoides, un proceso en el que los espermatozoides se congela y almacena para ser utilizados en un futuro procedimiento de reproducción asistida.
Es importante destacar que la preservación de la fertilidad no garantiza el éxito de un embarazo en el futuro, pero sí ofrece la posibilidad de concebir de forma asistida cuando las circunstancias lo requieran.
En resumen, la preservación de la fertilidad es una herramienta valiosa para aquellas personas que desean tener hijos en el futuro pero que se enfrentan a circunstancias que pueden afectar su capacidad reproductiva. Gracias a los avances en medicina reproductiva, hoy en día es posible preservar la fertilidad de forma segura y efectiva, ofreciendo la oportunidad de cumplir el deseo de ser padres en el momento adecuado.