¿Por qué no comemos insectos?

Los insectos son una fuente de alimento abundante y nutritiva en muchas partes del mundo, sin embargo, en la cultura occidental no es común ver a las personas consumiendo estos pequeños animales. ¿Por qué no comemos insectos? A lo largo de la historia, los seres humanos han optado por otros tipos de alimentos como carne, frutas y verduras, dejando de lado a los insectos como parte de nuestra alimentación.

Una de las razones principales por las que no comemos insectos es por una cuestión cultural. En la mayoría de los países occidentales, los insectos no son considerados una fuente de alimento aceptable y además, son vistos como seres repugnantes y sucios. A pesar de que en otras culturas como la tailandesa, la africana o la latina se consumen insectos de manera habitual, en nuestra sociedad occidental no es algo común.

Otra razón por la que no comemos insectos es por una cuestión de percepción. Muchas personas consideran que los insectos no son seguros para el consumo humano, ya sea por el riesgo de enfermedades transmitidas por estos animales o por la posible presencia de toxinas en su cuerpo. Aunque algunos estudios han demostrado que los insectos pueden ser una fuente de alimento segura y saludable si están criados y preparados de manera adecuada, la percepción generalizada sigue siendo negativa.

Además, la disponibilidad de otros tipos de alimentos en nuestra sociedad hace que no sea necesario recurrir al consumo de insectos como fuente de proteínas. En los países occidentales, la dieta suele estar basada en carne, pescado, lácteos y legumbres, por lo que la idea de consumir insectos como forma de obtener proteínas no es necesaria.

A pesar de estas razones, cada vez más expertos en nutrición están abogando por incorporar los insectos en nuestra dieta. Los insectos son una fuente de proteínas, minerales y vitaminas muy importante, y además, su producción requiere menos recursos naturales y emite menos gases de efecto invernadero que la producción de carne tradicional.

En resumen, la razón por la que no comemos insectos en nuestra sociedad occidental va más allá de las cuestiones nutricionales. La cultura, la percepción y la disponibilidad de otros alimentos son factores determinantes que hacen que los insectos no sean parte de nuestra dieta cotidiana. Sin embargo, cada vez más personas están considerando la posibilidad de incluir a estos pequeños animales en su alimentación, como una alternativa más sostenible y nutritiva.