La quemadura de sol es un problema común durante los meses de verano, especialmente para aquellas personas que pasan mucho tiempo al aire libre sin protección. Pero, ¿por qué duele tanto una quemadura de sol?

Las quemaduras de sol ocurren cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta (UV) del sol durante un período prolongado sin protección. Esta radiación daña las células de la piel y desencadena una respuesta inflamatoria en el cuerpo.

Cuando la piel se expone al sol, los vasos sanguíneos se dilatan para llevar más sangre a la zona afectada y ayudar a reparar el daño. Esto provoca enrojecimiento, hinchazón y dolor en la piel quemada.

Además, la exposición al sol puede desencadenar la liberación de sustancias químicas en la piel, como las citoquinas, que también contribuyen a la sensación de dolor y malestar.

La quemadura de sol también puede irritar los nervios de la piel, lo que intensifica la sensación de dolor. Además, la piel quemada se vuelve más sensible al tacto, la fricción y la temperatura, lo que puede aumentar la intensidad del dolor.

Para aliviar el dolor de una quemadura de sol, es importante mantener la piel bien hidratada, aplicar cremas o lociones calmantes y evitar exponerse al sol mientras la piel se recupera. También es importante proteger la piel de futuras quemaduras usando protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y re aplicarlo con frecuencia.

En resumen, la quemadura de sol duele porque la radiación ultravioleta del sol daña las células de la piel, desencadena una respuesta inflamatoria en el cuerpo y afecta los nervios de la piel. Para prevenir quemaduras de sol y aliviar el dolor, es importante tomar medidas para proteger la piel del sol y tratar adecuadamente las quemaduras cuando ocurren.