El origen catastrófico de la Luna es una teoría científica que sugiere que la Luna se formó como resultado de una colisión gigante entre la Tierra primitiva y un cuerpo celeste del tamaño de Marte, hace aproximadamente 4.500 millones de años.

Esta teoría fue propuesta por primera vez en la década de 1970 por los científicos William K. Hartmann y Donald R. Davis, y desde entonces ha sido respaldada por numerosas investigaciones y evidencias científicas.

Según esta teoría, la colisión generó una enorme cantidad de escombros y material rocoso que se acumuló en órbita alrededor de la Tierra, formando lo que eventualmente se convertiría en la Luna. Este proceso habría dado lugar a condiciones extremas en la Tierra, con temperaturas elevadas y un intenso bombardeo de asteroides y meteoritos.

A lo largo de los años, las investigaciones científicas han proporcionado evidencias que respaldan la teoría del origen catastrófico de la Luna. Por ejemplo, las muestras de rocas lunares recolectadas durante las misiones Apollo han demostrado que la composición de la Luna es muy similar a la de la corteza terrestre, lo que sugiere un origen común.

Además, el estudio de cráteres en la superficie lunar y modelos informáticos de las consecuencias de una colisión gigante también han apoyado la teoría del origen catastrófico de la Luna.

Aunque esta teoría ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica, aún quedan preguntas por responder, como por ejemplo, la cantidad exacta de material que se formó durante la colisión y cómo se produjo la estabilización de la órbita de la Luna alrededor de la Tierra.

En resumen, el origen catastrófico de la Luna es una teoría fascinante que ha permitido a los científicos comprender mejor la formación y evolución de nuestro satélite natural, brindando importantes conocimientos sobre la historia temprana de nuestro sistema solar.