La Suprema Corte de Estados Unidos ha emitido un fallo histórico que prohíbe la patenta de genes humanos. Esta decisión pone fin a la posibilidad de que las empresas puedan patentar genes humanos, lo que ha generado un intenso debate sobre la ética y la propiedad de la vida humana.

En el caso de Association for Molecular Pathology v. Myriad Genetics, la Corte Suprema decidió por unanimidad que los genes humanos no son patentables, ya que son productos de la naturaleza y no pueden ser reclamados como propiedad por una empresa. La patente en cuestión pertenecía a la empresa Myriad Genetics, que había obtenido la patente de dos genes relacionados con el cáncer de mama y de ovario.

La decisión de la Corte Suprema ha sido celebrada por defensores de los derechos humanos y por organizaciones que luchan por la igualdad en el acceso a la atención médica. Se argumenta que la patente de genes humanos limita la capacidad de los científicos para investigar y desarrollar nuevos tratamientos, además de aumentar los costos de los servicios de salud para los pacientes.

Además, la decisión de la Corte Suprema sienta un precedente importante en la regulación de la biotecnología y la genómica. Se espera que este fallo tenga implicaciones significativas en la industria farmacéutica y en la investigación médica, ya que limita la capacidad de las empresas para monopolizar la investigación y la comercialización de productos genéticos.

En resumen, la prohibición de la patente de genes humanos por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos es un paso importante en la protección de la integridad genética y en la promoción de la equidad en el acceso a la tecnología genómica. Esta decisión marca un hito en la lucha por la soberanía genética y por la igualdad en la salud para todos los individuos.